En la 5a Dimensión,
la dimensión de Dios Hijo,
somos Espíritus infantiles
y aprendemos a ordenar el espacio,
la Perfección,
aprendiendo el uso de La Palabra
Creadora del Hijo de Dios.

Es Su Voluntad quien ordena
la Perfección de nuestras Almas
con Su Palabra,
para despertarnos a la 4a Dimensión
de la Conciencia que es Dios,
y es también Su Palabra de luz
quien ordena la semilla universal,
la Perfección Universal.

En la 4a Dimensión,
la dimensión del Espíritu Santo,
somos Almas,
y aprendemos el orden
de la Perfección Universal,
que es el orden
de La Palabra del Hijo de Dios,
el orden del Espiritu Santo,
el orden fijo y eterno
de la 4a Dimensión.

Ya sabemos que al Despertar
a la 4a Dimensión de nuestra conciencia,
despertaremos a la Realidad
de ser Almas,
con memoria de muchas vidas,
memoria que nos dará certeza
de nuestra propia inmortalidad.

En la 3a Dimensión,
que es esta dimensión
ilusoria, temporal,
que es el desarrollo
de la Perfección Universal,
el desarrollo de la 4a Dimensión propia
para despertar a la 4a Dimensión eterna,
somos espacio en desarrollo,
perfección en desarrollo,
conciencias dormidas
que están despertando
a su propio orden
de perfección cualitativa.

Sabemos que la conciencia humana
es conciencia individual,
y que nuestra conciencia individual
es la mitad de la conciencia
de un Espíritu,
es decir, que
𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀
𝗰𝗼𝗻𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 𝗶𝗻𝗱𝗶𝘃𝗶𝗱𝘂𝗮𝗹𝗶𝘇𝗮𝗱𝗮𝘀,
𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀,
𝘆 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀
𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗿𝗲𝘂𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗱𝗮𝘀,
𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗘𝘀𝗽𝗶𝗿𝗶𝘁𝘂𝘀.

Ahora somos Almas
muy cerca de despertar a la realidad
de ser hijos e hijas del Hijo de Dios.
Él es el Padre - Madre de todas las Almas
y también es el Padre Madre
de toda la Humanidad.
𝗗𝗲 𝘀𝘂 𝗘𝘀𝗽𝗶𝗿𝗶𝘁𝘂 𝗲𝗿𝗮𝗻
𝗹𝗮𝘀 𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮𝘀 𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀
𝗾𝘂𝗲 𝗱𝗶𝗲𝗿𝗼𝗻 𝘀𝘂 𝗮𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼
𝗮 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗼𝘀 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲𝘀,
𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗷𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮
𝗰𝗿𝗲𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝗗𝗶𝗼𝘀.

Ahora todos somos
descendientes del Hijo de Dios,
y todos recorremos
el mismo camino de perfección,
para despertar
a nuestra propia perfección,
pero al finalizar
nuestro recorrido por el Cielo,
la 4a Dimensión,
unificamos nuestra conciencia
con el Alma Gemela
y volvemos a ser
el Espíritu que éramos,
pero ya despiertos,
y nacemos en cuerpo de Espíritu
en la 5a Dimensión,
la dimensión del Hijo de Dios,
siendo Hijos de Dios.

Como para percibir
este mundo de materia,
necesitamos un espacio propio,
un cuerpo propio de materia,
y para percibir
el mundo del Alma,
necesitamos que nuestro cuerpo
alcance la vibración misma del Alma,
también para percibir
el mundo del Espíritu,
necesita nuestra Alma alcanzar
la vibración propia del Espíritu.

Sabemos que el Plan de Dios
es despertar nuestra voluntad
en Su Voluntad,
y que esto requiere
recorrer un camino de perfección.

Sabemos que este camino
empieza en el Cielo Eterno,
la 4a Dimensión,
y que estamos asistiendo
por propia voluntad
al desarrollo mismo del Cielo
y al desarrollo de nuestra propia Alma.

Sabemos que todo
el espacio universal en desarrollo,
está acumulando Energía,
que es Amor,
en un orden de Tiempo,
que es Sabiduría,

y que este orden de la Energía
que percibimos como materia,
se está acelerando hasta alcanzar
el orden mismo de la luz.

Nuestro propio cuerpo también
se está acelerando en su orden,
hasta alcanzar el orden mismo de la luz,
porque necesitamos un cuerpo de luz
para percibir la luz,
la 4a Dimensión,
como necesitamos un cuerpo de espacio,
para percibir el espacio,
la 3a Dimensión.

Cuando finalice la expansión universal,
el tiempo se parará,
todo el movimiento del espacio universal
parará, quedándose fijo
desde su centro hasta sus límites,
y percibiremos una nueva realidad,
que no es espacio, sino luz,
un orden de perfección de conciencia,
un orden de luz y color.

Todo el Universo cobrará luz propia
y el Alma Universal despertará a la vida,
como despierta la vida en el niño al nacer.

Con su 4a Dimensión terminada,
el Universo entero,
como un solo organismo,
nacerá a la Realidad Eterna
que es la 4a Dimensión,
y la conciencia humana comprenderá
la grandeza y la perfección
del Plan de Dios,
la realidad final del Universo,
que es el Cielo Eterno
que prometía el Hijo de Dios
a todas las almas que permanecieran
dentro de la Ley y el Orden de Dios,
que es dentro de su Orden de Perfección,
su Orden de Amor y Sabiduría.

Y ya sabemos también,
que el ser humano,
por ser libre en voluntad,
tiene libre albedrío,
y es el único que puede salirse
de este orden arruinando y desordenando
el Plan de Perfección de Dios,
que es arruinar nuestra propia perfección.

𝗘𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗮𝗿𝗶𝗼,
𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗲𝗿 𝗮𝗵𝗼𝗿𝗮,
𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗹𝗶𝗰𝗲 𝗲𝗹 𝗧𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗮𝗹,
𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗶 𝗹𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱
𝗼 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱
𝗻𝗼 𝘀𝗲 𝗲𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼
𝗱𝗲𝗹 𝗢𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀,
𝗲𝗻𝘁𝗼𝗻𝗰𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱
𝗼 𝗽𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱,
𝗻𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗿𝗮 𝗮 𝗗𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝘁𝗮𝗿
𝗮 𝗹𝗮 𝟰𝗮 𝗗𝗶𝗺𝗲𝗻𝘀𝗶𝗼𝗻.

De nada sirve querer estar
en el Orden de Dios,
si uno no conoce el Orden de Dios,
como de nada sirve querer sin saber.

El orden de Dios es orden de luz y color
en la 4a Dimensión,
y su perfección se evidencia
cuando podemos ver la luz y el color
del alma,
pero ahora que aún no podemos verlo,
tendremos que comprenderlo observando
el desarrollo mismo del espacio universal
y el desarrollo mismo de la Humanidad,
porque todo el desarrollo universal
sigue el orden de Dios.

Sabemos que todo el Universo
es Energía que se va acumulando
en un orden a lo largo del Tiempo,
creándose un orden
de espacios mayores que contienen
multitud de espacios menores,
que a su vez contienen
otros menores aún,
y estos a su vez contienen
otros menores,
formando un orden único,
un sólo organismo
en el que el espacio mayor,
el que alimenta
con su propia Energía - Tiempo,
el desarrollo
de los espacios menores que contiene,
y éstos a su vez son la fuente de vida
de los espacios menores que contienen,
en una sucesión de mayor a menor
que llega hasta nosotros,
que también somos espacio ocupado
por multitud de espacios menores,
que son nuestros órganos,
y que a su vez están ocupados
por espacios menores que son células,
y éstas a su vez son espacios
que contienen otros menores
en un orden cada vez menor,
hasta las partículas subatómicas.

𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗼 𝗼𝗿𝗴𝗮𝗻𝗶𝘀𝗺𝗼
𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗿𝗲𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗼,
𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗳𝗶𝘀𝗶𝗰𝗼
𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗼 𝗲𝗻 𝗺𝗶𝗻𝗶𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮.

El mismo orden que desarrolla
el Universo está en nosotros.

𝗧𝗼𝗱𝗼 𝗲𝗹 𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗵𝗼𝗿𝗮 𝗲𝘀
𝘂𝗻𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼 𝘆 𝗼𝘀𝗰𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱,
𝘀𝗲𝗿𝗮 𝗮𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝘁𝗮𝗿
𝘂𝗻𝗮 𝗿𝗲𝗮𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝘆 𝗹𝘂𝘇.

Si la luz es la frontera
que hemos de alcanzar para despertar,
todavía estamos
a este lado de la frontera,
y percibimos la realidad desde la materia,
pero al otro lado de la frontera
la realidad que se percibe
es perfección de luz y color,
conciencia de amor y sabiduría.

𝗘𝗹 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗶𝗴𝘂𝗲
𝗲𝗹 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼 𝗲𝗻 𝘀𝘂 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼,
𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼
𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗻𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮.

Es el espacio mayor, la conciencia mayor,
que contiene y alimenta el desarrollo
de la conciencia menor, el espacio menor,
con su propia energía,
y según va la energía
sirviendo de alimento
a las conciencias cada vez menores,
la misma energía
va reduciendo su vibración,
su orden de perfección,
desde la luz a la materia.

Todas las conciencias se alimentan
del mismo Amor y de la misma Sabiduría,
pero cada una la posee en un grado
que se va reduciendo cuanto más lejos
está el lugar propio de la conciencia
con respecto al centro del Cielo.

𝗘𝗹 𝗖𝗶𝗲𝗹𝗼 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗴𝗿𝗮𝗻 𝗖𝗼𝗻𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮,
𝘂𝗻 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻
𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗹𝗼𝘀 𝗮𝗻𝗶𝗺𝗮𝗹𝗲𝘀
𝘆 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝗿 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼
𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝗻 𝗺𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝗼𝘁𝗮𝗹 𝗹𝗶𝗯𝗲𝗿𝘁𝗮𝗱,
𝘆 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗲𝗹 𝗔𝗹𝗺𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮
𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲 𝗺𝗼𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝗲𝗹 𝗖𝗶𝗲𝗹𝗼,
𝗮 𝗹𝗮 𝘃𝗲𝗹𝗼𝗰𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲𝗹 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼.

Ni una galaxia, ni un sol, ni un planeta,
ni ningún otro espacio de los millones
que ahora están en movimiento,
podrá moverse,
pero en cada espacio despertará
un alma que cobrará su propia luz,
y de ella podremos aprender
el orden de su propia perfección,
para volver desde la materia hasta la luz.

Es decir,
como el Universo se ordena en un tiempo,
y hay espacios mayores y más viejos,
que contienen
otros menores y más jóvenes,
al despertar a la 4a Dimensión
nos encontraremos con almas
de mayor perfección
que contienen almas
de menor perfección,
almas mayores
que son responsables del desarrollo
y el orden de las almas menores,
y éstas a su vez son responsables
de las almas menores aún,
en una sucesión de mayor a menor
que ordena el Cielo
desde sus límites hasta el mismo centro.

La nueva realidad
nos enseñará que estamos dentro
de una gran conciencia,
llena de conciencias menores,
que contienen otras menores aún,
formando un camino de perfección,
un orden de luz y color
que es el orden del alma Universal,
un camino que hay que recorrer
desde los límites del Cielo
hasta su centro,
pero no es un camino en línea recta,
sino en espiral,
aprendiendo a recrear perfección
y a enseñarla,
para dar más Luz y color
a nuestra alma recién nacida.

Como en esta 3a Dimensión
hace falta tener riqueza y poder
para disfrutar de muchas comodidades
y viajar por toda la Tierra
con mayor libertad.

En la 4a Dimensión,
hace falta tener Amor y Sabiduría
para disfrutar de todo cuanto uno quiere
y poder viajar por la inmensidad del Cielo con total libertad.

𝗖𝘂𝗮𝗻𝘁𝗼 𝗺𝗮𝘀 𝗹𝘂𝘇 𝘆 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗿 𝗽𝗼𝘀𝗲𝗲 𝘂𝗻 𝗮𝗹𝗺𝗮,
𝗺𝗮𝘀 𝗔𝗺𝗼𝗿 𝘆 𝗦𝗮𝗯𝗶𝗱𝘂𝗿𝗶𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗲𝗲,
𝗺𝗮𝘀 𝗲𝗻𝗲𝗿𝗴𝗶𝗮 𝗰𝗿𝗲𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗮
𝘆 𝗺𝗮𝘆𝗼𝗿 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿 𝗰𝗿𝗲𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗼.

Como es el orden que desarrolla
todos los espacios del Universo
es el orden que despierta
la conciencia a su perfección.

Lo superior, que es lo más viejo,
inspira y fortalece el desarrollo
de lo inferior, que es lo más joven,
y no hay otra forma de avanzar
en el orden de Dios,
que inspirando y fortaleciendo
al que tiene menos
y sabe menos que nosotros.

𝗘𝗻 𝗲𝗹 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀,
𝗹𝗼 𝘀𝘂𝗽𝗲𝗿𝗶𝗼𝗿 𝗴𝗼𝗯𝗶𝗲𝗿𝗻𝗮
𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼 𝗶𝗻𝗳𝗲𝗿𝗶𝗼𝗿,
𝘆 𝗴𝗼𝗯𝗲𝗿𝗻𝗮𝗿 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀,
𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗱𝗶𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗻𝗶 𝗺𝗮𝗻𝗱𝗮𝗿,
𝘀𝗶𝗻𝗼 𝗽𝗿𝗲𝘃𝗲𝗿, 𝗶𝗻𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮𝗿 𝘆 𝗳𝗼𝗿𝘁𝗮𝗹𝗲𝗰𝗲𝗿.

Al despertar a la 4a Dimensión,
todo cobrará un nuevo significado,
la realidad actual cambiará
en muy poco tiempo,
como cambia la realidad del niño
al nacer, de la oscuridad a la luz.

Todo sucederá tan rápido que parecerá
que nos han cambiado el mundo
sin tocarnos siquiera,
y nos costará reconocernos
a nosotros mismos, al planeta,
y al resto del Universo.

Pasaremos de estar en la Tierra
a estar en el Cielo,
pasaremos del Tiempo a la Eternidad,
y todo sucederá de repente,
de repente veremos el Tiempo, la Luz.

No sólo cobrará luz nuestro cuerpo,
y los animales y las plantas y las piedras,
y todo ofrecerá un aspecto nuevo,
también el Universo estará irreconocible,
porque toda su oscuridad será luz,
todo lo veremos
desde la frontera de la luz.

Todos los espacios
que ahora reflejan más luz,
se verán más apagados en comparación
con los que ahora vemos con menos luz,
al punto que el espacio
más negro de todos, el agujero negro,
que es un espacio
que ni tan siquiera refleja la luz,
porque su mismo espacio es luz,
que aún no podemos ver,
será el espacio más luminoso y colorido,
pero ya no será espacio,
sino el cuerpo propio del Alma
que tiene más Energía - Amor,
y más Tiempo - Sabiduría.

No sólo despertaremos a la Realidad
fuera de nosotros,
también despertarán
dentro de nuestro propio organismo
las conciencias menores
que recrean su perfección.
Todos nuestros órganos,
todas nuestras células cobrarán luz,
despertarán en nosotros,
y nuestra conciencia
comprenderá las necesidades
de nuestro propio cuerpo físico
desde la perspectiva
de la conciencia misma de sus células.

𝗘𝘀 𝘁𝗮𝗹 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗺𝗯𝗶𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼𝘀 𝗮𝗴𝘂𝗮𝗿𝗱𝗮,
𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗮𝗿𝗲𝗺𝗼𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱
𝗲𝗻 𝗿𝗲𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲𝗿𝗹𝗼 𝗲𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝗱𝗶𝗺𝗲𝗻𝘀𝗶𝗼𝗻,
𝗲𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻.

Al despertar a la 4a Dimensión,
veremos la luz de todas las almas,
y el orden del alma humana
será tan evidente
como el orden mismo del Cielo.

Al despertar a la 4a Dimensión,
veremos la luz de todas las almas,
y el orden del alma humana
será tan evidente
como el orden mismo del Cielo.

Como en esta dimensión,
la Humanidad está desarrollada
en un orden en el que hay conciencias
despertando a la sensación,
otras al sentimiento,
otras a la razón
y otras a la entrega voluntaria
de Amor y Sabiduria.

Al despertar a la 4a Dimensión,
este orden será evidente,
porque la voluntad,
la sensibilidad,
el sentimiento,
la inteligencia,
el amor y la sabiduría,
son visibles en el Alma.

𝗟𝗮 𝗛𝘂𝗺𝗮𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗮𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲𝗿𝗮 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻𝗮𝗱𝗮
𝘀𝗲𝗴𝘂𝗻 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝘇 𝘆 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗹𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗔𝗹𝗺𝗮,
𝘆 𝗲𝘀𝘁𝗲 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻
𝘀𝗲𝗿𝗮 𝗹𝗮 𝘂𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝘃𝗮𝗻𝘇𝗮𝗿𝗮
𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘂𝗻 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗼𝗿𝗴𝗮𝗻𝗶𝘀𝗺𝗼
𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻
𝗾𝘂𝗲 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗖𝗶𝗲𝗹𝗼.

Sólo las almas humanas
avanzan y aprenden
por el orden mismo del Cielo,
llenándose y vaciándose de perfección,
llenándose y vaciándose
de Amor y Sabiduría,
haciendo ejercicio de entrega
de Amor y Sabiduría,
ejercitándose en dar perfección propia,
por propia voluntad.

En el Cielo se comprende enseguida
que la luz del alma es amor
y que el amor
es como la fuerza del músculo,
que sólo ejercitándose
se puede desarrollar.

También se comprende enseguida
que el color del alma es sabiduría
y que la sabiduría
es el poder creador de Dios,
que se recibe en la medida
que uno aprende a enseñarlo,
es decir, que en el orden de Dios,
no puede avanzar uno solo,
sino que hay que avanzar todos,
como si todos fueran uno solo,
un solo orden de perfección.

Y en este orden,
el que tiene más luz y más color,
da de su propia luz y su propio color,
al que va detrás,
y así recibe luz y color del que va delante,
de manera que todos avanzan juntos,
aprendiendo de sí mismos
y de las conciencias que forman
el orden de perfección que es el Cielo.

En el orden de Dios,
las almas más viejas están ocupadas
en el despertar y el desarrollo
de las más jóvenes,
porque cuando se para el desarrollo
de una sola alma,
todo el orden se retrasa.

En el orden de Dios,
se aprende del orden superior
para enseñar en el orden inferior,
avanzando todos a la vez,
como una sola perfección,
un solo organismo, una sola armonía.

El orden de perfección
que vamos a descubrir
al despertar a la 4a Dimensión,
no es sólo el orden del Cielo
y el orden del Alma Humana.

Vamos a despertar al orden de Dios,
y en su orden,
nuestro Cielo y nuestra Humanidad,
son tan sólo un Cielo y una Humanidad
entre la infinidad
de Cielos y Humanidades
que han nacido antes que nosotros
a la 4a Dimensión Eterna,
el orden eterno de Dios,
el orden del Espíritu Santo.